¡Maduro:
no es despolitización, es despolarización, y tú lo sabes!
Nicmer N. Evans
@NicmerEvans
No hay peor ciego que el que
no quiere ver. Una dirección política que oculta los problemas, que tergiversa
los diagnósticos y pretende engañar a sus propios cuadros políticos medios, no
tiene otro destino que el fracaso.
Hemos llamado millones de
veces a la rectificación, hemos
convocado a tomar como bandera el diagnóstico y propuestas de gobierno del “Golpe
de Timón” con absoluta vigencia casi tres años después, hemos formulado
propuestas para la crisis, pero sigue habiendo un ejercicio sordo del poder por
el poder mismo. Las verdaderas divisiones internas tienen paralizado al
gobierno, lo que conduce a una falta de decisión política y económica que
terminamos pagando los que vivimos de nuestro trabajo, mientras los que viven
del trabajo de los demás siguen disfrutando de su “conchupancia” con la
burocracia y el capital.
En dos recientes
intervenciones del Presidente Maduro, primero le dijo incapaz a aquel sector
social que nunca ha tenido poder directo, y que con Chávez estuvo a punto de
ejercerlo. Cuando el Presidente Maduro el 1ro de mayo afirma que los obreros aún no
tienen la capacidad para conducir los asuntos económicos del país, pareciera
que quienes en los últimos 200 años han manejado el tema han sido los
trabajadores.
El desastre de los modelos
económicos aplicados en el país, son consecuencia del ejercicio de poder de la
oligarquía, la burguesía y los desclasados, nunca de los trabajadores, que ni siquiera
se les ha permitido ejercicio alguno de “control obrero” en empresas del Estado.
Pero por otra parte, ahora
se acusa al pueblo de un proceso de “despolitización”. Lo primero que hay que
aclarar es que si esto fuese así, los primeros responsables son los políticos,
que como en los 90, alejaron al pueblo de la política, porque la política no
daba respuesta a los problemas reales del pueblo, y además sería aceptar la
incapacidad del gobierno de Maduro de mantener la pedagogía y la formación de
conciencia política del Presidente Chávez en estos últimos tres años.
Pero la verdad, es que
aunque de las dos cosas anteriores hay un poco, en Venezuela no existe aún ningún
proceso de despolitización. Lo que pasa hoy en Venezuela en un proceso de “despolarización”,
que es absolutamente distinto. La gente está asqueada, cansada, o cuando menos obstinada de la forma
de conducción de las cúpulas políticas, tanto de gobierno como de oposición, después
de la muerte del único líder en los últimos 30 años en el país, pero tiene más
claro que nunca que la salida a la crisis es política, aunque no con los políticos
actuales.
La gente, que sigue
ampliamente politizada no busca sustituir en su mayoría un Chávez por otro,
sino, busca alternativas políticas que emergen lentamente. El desplazamiento
del eje político ya no hacia donde imponen las cúpulas, lo conduce es que
estás, ajenas a la realidad, piensen que este fenómeno es de despolitización.
Un diagnóstico como este,
hace que todo el aparato político del partido de gobierno se desplace a seguir
haciendo con más fuerza lo que la gente hoy está rechazando a gritos, y produce
un alejamiento aún peor entre la cúpula y la base del proceso revolucionario,
desarrollando una criminalización de las bases por las cúpulas, por una
ausencia real de un diagnóstico certero.
Es por ello que, fuerzas
emergentes y alternas, como Marea Socialista, no sólo deberían hacer una
lectura e interpretación de esta despolarización, sino, asumir protagónicamente
desde todas sus estructuras orgánicas una política eficiente para ser voceras y
receptoras de este reclamo por más y mejor Política, fuera de una ficticia
polarización entre iguales. El reto al final es ser diferente y eco de lo que
el pueblo demanda.
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